jueves, 8 de mayo de 2008

Retratos de cierta hora...



Ya se han hecho asiduas las visitas nocturnas, las pláticas delirantes y los momentos absurdos. Y mientras le veo sonreír me da aquello que le concierne a un estómago ya anclado en emociones fuertes, sulfurando, esos recuerdos mientras al otro lado me sigo topando con la muerte. Que crudamente me dispongo a etiquetarle con un adjetivo imperante al suicidio no deseado, porque así me eres la de los ojos intensos en un coche estacionado. Más le sigo viendo al otro lado una esperanza que cobra con cada suspiro que mi confusión deja caer en un millón de sonrisas color rosa. Y me susurras al oído un plan espectacular en el que fingirás dormir hasta la eternidad mientras yo escribo… fingir nunca ha sido lo tuyo… cosas sutiles que te sé en el quinto infierno con los ojos de japonesa tratando de seguir despierta esperando algún suplemento maldito. Pero las respuestas se las ha quedado un siniestro caballero de voces hostiles ante un buen día de martes, porque los martes siempre me saben a gloria, porque los martes son con su encanto de medias notas. Soltarías a carcajadas si supieras lo que a mi alrededor veo, un cigarro consumido dándole un beso a uno que sigue jalando, un globo de helio que dice feliz cumpleaños y un suelo limpio con trozos de lodo que hacen circunferencia mientras escribo, y en el sillón, aquel haciendo burocracia mientras yo poetizo tu foto en alto contraste de lo que pudo ser mío… y finges estar dormida… y finjo que hago un experimento… y finjo olvidar la historia… y finjo nunca poder hacerlo… y finjo no recordarte ahora…

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