viernes, 5 de febrero de 2010

los suicidas



Dicen que la búsqueda de la verdad es enemiga de la literatura
y aún así la redime,
como el alcohol redime la fantasía en la verdad,
y por eso escribimos,
suicidas.
Somos anatomistas del desastre al igual que Fitzgerald
y Hemingway,
frente a un presente pavoroso y a la vez exquisito,
con un buen trago en la mano.
Uno se hace del alcohol porque se es demasiado joven
y luego porque se está muy lejos de la juventud,
a pesar de que los años no hayan pasado.
Nos entregamos a la locura,
al desasosiego, a la terquedad y el ensimismamiento,
buscando una aventura,
una noche suave y el delicado aroma de lo fermentado.
Cara a cara con un mundo de posibilidades,
donde las horas transcurren y somos héroes,
para después reconciliarnos con lo crudo,
y seguir soñando que la copa en la mano
nos llevará a mejores lugares
y en su defecto
a sentimientos cómodos.
Ningún mal sobre pasa el delicado aroma etílico en la carne,
y ningún bien puede borrar las cicatrices.
Alcohol.
Absoluto estado de lo incierto,
por eso los suicidas escribimos entre copas
o sin copas
o anhelando que nos regrese el sabor primero
para seguir derramando tinta.


http://www.lossuicidas.com/


1 comentario:

Ardilla... dijo...

Brindo por el absoluto estado de lo incierto.

Buen texto, lástima que el sonido no ayudara...