viernes, 24 de abril de 2009

Epidemia: Teoría de la Conspiración



Un virus letal ha asechado la ciudad de México ¿Cuál? ¿Por qué? ¿Cuál es su procedencia? ¿Qué esconde detrás de su fatalismo? ¿A qué tipo de muerte se refiere?

La crisis económica infecta tal y como lo hace una pandemia. 

Gobierno: "Ciudadanos, si no les ha quedado claro, lo podemos ejemplificar a través del virus de influenza".

Obama viene a México, aparentemente, para discutir problemas de narcotráfico y violencia. ¿Qué tanto le puede interesar a un personaje político esa situación cuando su prioridad a resolver es la crisis económica (en tan sólo 4 años)?
Por lo tanto, se crea una conspiración.

Se toma  un virus existente cuyos efectos no son mortales y se simula una mutación fatídica del mismo. Las personas, cuyo conocimiento limitan al decir de los medios (herramienta política de difusión), creen totalmente lo que se les muestra sin cuestionarse. Los medios hablan de muertes, muertes que nunca hemos visto pero "ahí están" en el imaginario colectivo. Un muerto. Cuatro muertos ¡Cuatrocientos muertos!=pánico en los ciudadanos, ahora quién va a cuestionar ante tan alarmantes hechos. ¿Más quién realmente vio a esos muertos?¿Un doctor, dos doctores? Bien pueden ser sobornados para que mientan.

En la mañana las vacunas súbitamente se agotaron, pero "no se alarmen ciudadanos", el Universal informa, hay vacunas para todos, noticia emitida durante la tarde. Dicho suceso esconde en la ausencia y la presencia un método capitalista. Especulemos: Los médicos están siendo apenas informados de como va a funcionar el plan económico de estabilidad, por lo tanto se les indica que informen a los pacientes que se han agotado las vacunas, se habilitan una suerte de placebos... Los placebos están listos, los medios se encargan de difundir que han llegado vacunas suficientes para proteger a todos, cada vacuna cuesta $400, ni el más pobre se negará a pagar esa cantidad con tal de salvar su vida. México tiene más de ocho millones de habitantes, supongamos que sólo ocho millones se pusieron la vacuna, lo cual genera un ingreso inmediato de $3,200,000,000.00. Así mismo la industria de los cubre-bocas aumentó en un 100%, informes de la cadena de radio W afirman: "Las protecciones oscilan entre los 60 centavos y un peso; sin embargo, en algunos negocios los venden hasta en 5 pesos." Si tomamos como media $3.00 por el costo individual de los cubrebocas esto significa un ingreso total de 
$24 000 000 (suponiendo que los ocho millones de habitantes los adquirieron). Un comunicado reciente del periódico Universal informa que se han suspendido la campaña de vacunación por una recomendación de la OMS que afirma que dicha vacuna no mitigará la enfermedad, más sin embargo no hay que alarmarse ciudadano porque el virus puede ser combatido con un simple antigripal: "Informó que el medicamento Osetamivir es el que se aplica a los pacientes con alto grado de éxito, pues en los primeros tres días se observa una recuperación del estado físico." El costo promedio de este medicamento es de $250 aproximadamente, lo cual lleva a un ingreso de $2,000,000,000 (considerando que los ocho millones de habitantes que ya se habían aplicado la vacuna inservible ahora tienen que comprar el medicamento). 

Ganancia obtenida a través de infundir miedo, que manera tan "inteligente" de generar ingresos inmediatos para estabilizar la economía.

"Bravo por los gobiernos" "Nos hemos salvado" ¿De qué, de un virus letal (que nunca lo fue) o de una crisis económica?

De cualquier manera, el único virus que ha asechado a la ciudad de México y a la humanidad entera, es la ignorancia. Las personas ya no indagan en cuanto a los hechos, limitan su existencia a los medios de comunicación que muchas, sino es que la mayoría de las veces, mienten. Personas ofuscadas que se quejan de su mala condición, de la crisis, del mal gobierno, cuando son ellos, quienes promueven y son participes del fraude.


miércoles, 15 de abril de 2009

Superhombre











Nos conocimos en 1942... 
Las pinturas que a mi alrededor se dejaban ver furtivas, misteriosas, no eran más que una excusa como lo es generalmente el (d) arte. Los coleccionistas resquebraban botines de sangre,  mis ojos se desvanecían cómplices a tus andares de padre, lo mío siempre ha sido la curaduría. Sacerdote fuiste y yo... revolucionaría te besaba por doquier sin importar el sacrilegio. Jugamos a ser poetas designando a la muerte un color distinto. Habitamos las cuencas de olvido para regresarlo a la boca y hablar por nosotros, tomando fuertemente las manos, como si el tiempo fuera sólo un extraño que coincidentemente rozaba nuestros cuerpos en delirio. Así escalamos montañas, abrimos puertas secretas y decidimos que lo nuestro era cuestión de luna y dioses. Te besé por última vez con las manos temblando... el silencio fúnebre que resguarda mi habitación marca las horas astillando la esperanza, el tiempo escribe en mi carne porque el papel se ha vuelto demasiado absurdo. He contribuido a la excusa con pluma y exilio, sin atreverme, nunca, a desterrar la dictadura que habita en mi linaje. Con el hábito de monja espero, sólo, por si la culpa te ha inundado en castigo de mártir y decides nunca salir del monasterio... ahí... rezaré contigo en silencio.