viernes, 25 de abril de 2008

Carta a Pablo




Haré una cita a media luna, así podré disfrazar de noche mientras pretendemos no saber nuestros nombres. Perderás tu vida en mi olor a casualidad y lo nuestro será entonces una cita a ciegas, que no nos pierda los nervios de la primera vez…porque así te quiero siempre en una oscuridad tan mía.

Te contaré entonces como desnude hoy mis piernas, como puse aquellos mis tacones azules y salí por unos cigarrillos como siempre lo hago, siendo objeto de deseo, siendo yo la pura maldita envidia.

Te pensé… hoy soy distinta.

Ya han usado mi cabeza como un revolver... así en un sueño en donde yo era crucificada en mi pared y de latigazos me entristecían el proceso, no hubo evoqué, así prensada, frustrada, sin lugar de existencia... aquella al verme desmayaba. Se me veían por las manos los grandes clavos chorreando poca sangre, a mi alrededor ya toda había sido consumida. Por el deseo ajeno, por la tristeza de aquella que iba con su niña. Y quise llorar.

Me fue una caminata sin sentido, larga y tendida.

Ahogada le vi, como sentían mi cuerpo con sus miradas, así fui sólo un cuerpo, sin vida, sin letras ni palabras. Me han vaciado la necesidad ególatra que me daba vida. Fui por segunda ves mujer violada.

Ya no le da.

Por eso hoy le juego a la desconocida, a esa de los disfraces convencionales, a una que ya no es Celeste en tacones lejanos. Le tiraré el miedo a mis piernas que antes agradecía, a mi cara hermosa que en cualquier momento utilizaba por la ventaja del abroche, jugaré ya nunca a esa de las miradas retadoras, porque sólo saldré de noche, a encontrarme con un desconocido que llevará tu figura y tu nombre.

Así te digo déjame existirte en las citas a ciegas, en donde podré ser yo misma la que te piensa… la que aquí te sabe distinta.

jueves, 24 de abril de 2008

A Pablo...


Ya lo sabes…
Me eres único al final del día.
Por ser cazador de montañas,
las mías,
que antes espiabas ahora te son limpias…
Por al juego perverso haber dejado,
por ahora jugar tus embriagantes líneas.

La mañana me llegó dormida.
Dejando en sueños perversos
lo de escoger algo que no fuera tu sonrisa.
Sabes ya la hora me pinta una mano ajena.
Una mano que al besar la ha hecho mía.
Así serán las ganas,
De tenerte de dejarte de volverte de abrazarte.

Ya lo sabes…
Me eres alto en la visibilidad distinta.
Escribe ahora entonces una palabra a los tantos olvidados,
esos que confunden por el ego que me juega desdeñado.
Se me irán en la caminata manchando un pasado.
Mientras tu vas caminando a mi lado,
escribiendo una mano distinta que será presagio.
Por detenerme y no por mis piernas carcomer en engaños.
Por ser en silencio un detalle de pianos,
de manos sudadas,
de nervios pasionales que había olvidado.

Ya lo sabes…
Me eres único al final del día.
por ser poseedor,
de un corazón que te entrega
poemas cerrados.

miércoles, 23 de abril de 2008

Martillo




Un hombre ha caído entre la noche. Suspendido en mis brazos por lágrimas de coincidencia. Las mías eran por un piano hermoso y las de él por una supuesta psicosis. Así me lo llego rogando, mientras yo le rogaba que no mostrara más su boca en blanco. Blanco fácil para una aquí adormecida entre la confusión de una güera, un enojo, un tatuado y un hombre enamorado. Así que me oscila la mano entre un nido ajeno, mientras la conciencia me enciende el corazón perdido hacia el constructor de ilusiones de niños. Quien haya usado ya mi cabeza sabrá de distinciones ajenas, más cuando la ha usado mi propia cabeza perversa, me dice la una con otro entre las manos resecas. Así le tocaré entonces un soneto en discordia. Por la manía del pensamiento que al amanecer me dejará presa en un beso honesto, beso mueve todo el amor de mi cuerpo, será entonces mi beso argentino blasfemo, por circunstancia del obvio, hacia donde la mente proyectará que un hombre caído en mis brazos sea uno que ya no este llorando.

viernes, 18 de abril de 2008

Alex


Eso de la castración llega a manos de quien no se sabe hombre. Por resistirle al cambio de sexo, así se fue, con la idea por el abroche. Sicótica en hombre de cuerpo curveado. Ya le duele la confusión, ya le castra el sentido de un devenir en doble.

Así que en psiquiátrico me supe un día olvidando mi nombre, olvidando mi sexo y mi existencia dual convertirla yo en dios de aquel entonces. Por no entender la diferencia. Por no entenderle a mi alma masculina atrapada, por quererle yo así, no por el ser del tercer sexo, no porque lo tuve, ni le quitarán, porque siempre en el sueño le llevo. Así despacito y callado… que sólo yo le conozco.

Largo lánguido para que penetre fuerte las ideas. Así nostálgico por no haberle perdido, por no tenerle de cerca. Que encontrándole hoy aquí violada identifico el veneno de lo que para otros era confusión y para mi cotidianeidad de no ser humano en genitales o voces.

Voz de mujer me serán los tacones de hombre.

Lloraré en los hombros de ambos sexos. Así se consolarán a contrapartes el sufrimiento elegido por un trastorno que le adopté a la disfunción de una infancia que me recorre.

Tal ves mañana ya no vea un hoyo por entre mis piernas, así será, espero que se tape ya una abyección de tantos discursos sin nombre. Que por el saberme socialmente madre, le dedicaré a mis hijos un falo que no resulte tedioso cuando con sus dedos me lo corten.

Después fijamente miraré mi reflejo al espejo y amaré toda la fragilidad de una convergencia que me ha hecho libre. Libre en manos de hombres y libre cuando use las manos sabiéndome hombre.

Así la destreza me indicará el camino, que nunca llegaré a ser yo semen pulcro de un fonema femenino. Por no haberle nacido, hombre a la entrepierna ni mujer al trato lindo.

Así es que vente pronto en el momento que me castren. Para llevar la imagen de tu abyección en mis signos, que por momentos me darán vitalidad…de que yo primero me supe niño.

Riquelme Caballero



Regresaré… así cuando nunca me vaya tendrás la manía de saber que mi mente divaga por ti mi cielo. Por no atraparte que te se libre entre mis pensamientos. Hablaremos entonces entre líneas, contarás que mi espalda te recita un poema mientras finjo no ser tuya que miento. Te veré así ajena con un dulce aliento al suspirar por sonrisas tuyas que tengo. De poderes hablaremos y le sabré a lo tuyo como un equipo en conquista del tiempo. Así juntos con las manos sudando recordaremos… que la vista no ofusque mis labios cuando llegues y desprendas mis pies para darme un beso. Que la vida no se nos vaya mirando en direcciones opuestas, por el saber que hemos encontrado aquí lo nuestro… y así haremos contraparte de un mar celoso de tu viento… que volaremos… Entre una idea de barcos piratas en donde yo seré doncella y tu caballero, en donde le pelearemos a dragones para robar su fuego y salir corriendo… A una aldea lejana con pequeñas criaturas que tienen la complexión de mi cuerpo como los pequeños elfos que ves siempre entre mis dedos. Felices criaturas nos son porque seremos… en vida y ficción cuando a mi alma le encontraste por el intelecto de tu cuerpo… mientras mi mente volaba y fingía porque te quiero. Por no atraparte que te se libre ahora entre mis pensamientos. Así cuando nunca me vaya tendrás la manía de saber que mi mente divaga por ti mi cielo… y te regresaré la vida, con el mismo beso que tu me clavaste mientras soñaba con caballeros y pequeños elfos.

jueves, 17 de abril de 2008

Pablo




Te escribiré una canción de amor sin la palabra te amo, sin la manía de decir te quiero ni la necesidad de abrazarte cuando mi cuerpo la este cantando al invierno. Te escribiré un poema de amor que tienda una trampa a lo que verdaderamente siento, sin palabras melosas ni el soneto de un sutil movimiento. Te diré al oído sordo que te quiero, mientras estés soñando, lejos de mis manos que mantienen despierto tu aliento. Por no perderme en tiempo que no se si tendremos… luego… Te cantaré en las mañanas mientras estés dormido fingiendo, así tal vez no escuches la sinceridad de estas manos ardiendo ni la bondad con la que cargo ahora que te tengo rondando aquí adentro. En el corazón mío que tiemblo… Tiemblo cuando guiñes el ojo mientras miras que te soy sincera. Tiemblo cuando sonríes dulcemente en mis brazos, por sentir la verdad de un cliché trillado que argumenta un amor que todavía no ha muerto. Tiemblo cuando besas mis pensamientos. Tiemblo cuando te quitas la playera y puedo contar las pecas que han marcado tu recuerdo. Tiemblo sincera que te sigo queriendo… desde el primer momento, momento que de una nariz mía hablabas, mientras te conflictuaba la revoltura de mi pelo. Desde el comienzo que tu vista yo con piel negra robe del siniestro, para robarte del lugar luego y poderte susurrar al oído el agradecimiento de una espontaneidad que he esperado todo este tiempo. Tiempo que llevo pensando cuales serán las palabras perfectas para describir lo que siento, he pensado y ahora lo se mintiendo… Te escribiré una canción de amor sin la palabra te amo, sin la manía de decir te quiero ni la necesidad de abrazarte lejos…

Atentas



Desde la coraza atentas estén las piernas.
Barbas largas nadan
nunca olvidando la destreza.
Atentos estén los mares de oro,
la madre santa esta a punto de parir en ellas.
Bisectrices muertas en la palma de su espalda lleva,
bastardas anchas ya se prenden sus caderas.
Atentas nodrizas ciegas,
el hijo del mal abyectará promesas.
Susurra al oído escucha que quema.
Atenta estén las garras de mi arteria.
Atenta escucho soy madre abierta…
El hijo me lo estoy sacando ahora
el hijo me ha quemado ya las venas.
Atentas hijo bastardo contra mi vida atentas.
¿Seré madre ahora o difunta crecerás tú vida nueva?
¡Preferiré mi vida sola a morir atenta!
Atenta suicidio por mi crianza,
tendré que ceder la vida a alguien
que no haya conocido las letras…

Muerte digna.

Muerte atenta.

miércoles, 16 de abril de 2008

Penumbra a la noche...



Será entonces una media rajada que me de la intervención de lo que fue un comienzo.

Antes nunca... la historia...

Erase una vez en un lugar lejano con sapos del tercer sexo.